¿CUÁNDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE MEDISTE ALGO?

¿Cuándo fue la última vez que mediste algo?  Si te digo los números 4, 5 o 1 millón, ¿te parecen altos, bajos? Estos números carecen de relevancia si no tenemos contra qué comparar.

Partamos de la premisa: “Solamente lo que se mide se puede mejorar”.

En el mundo de la agilidad es de suma importancia poder medir el progreso de los equipos, de ahí que les cuento lo que ha sido mi incursión en el uso de las métricas aunado al Modelo de Tuckman, que dicho sea de paso, es un modelo que desarrolló el psicólogo Bruce Tuckman en 1965.

El Modelo Tuckman es un marco para comprender y gestionar la dinámica de grupo que se ha utilizado ampliamente en el campo del comportamiento organizativo. El modelo consta de cinco etapas: formación, tormenta, normalización, actuación y clausura. Cada una de estas etapas representa una fase diferente del desarrollo del grupo, y entender cómo moverse a través de cada etapa con eficacia es clave para construir un equipo de éxito.

Aunque el modelo de Tuckman proporciona un marco útil para comprender la dinámica de grupo, puede resultar difícil saber cómo aplicarlo en la práctica; Aquí es donde entran en juego las métricas. Mediante el uso de métricas para realizar un seguimiento del progreso a través de cada etapa del Modelo Tuckman, los equipos pueden obtener información valiosa sobre su rendimiento y tomar decisiones basadas en datos para mejorar sus procesos.

Echemos un vistazo más de cerca a cada etapa del Modelo Tuckman y algunas de las métricas que se pueden utilizar para seguir el progreso.

Formación

La etapa de formación es la primera fase del desarrollo del grupo, en la que los miembros del equipo se están conociendo y aclarando el propósito del grupo. Durante esta etapa, los indicadores relacionados con la comunicación y el compromiso pueden ser útiles para evaluar el grado de conexión y colaboración entre los miembros del equipo.

Un indicador útil para la fase de formación es la asistencia a las reuniones del equipo. Mediante el seguimiento de la asistencia, los equipos pueden conocer el grado de compromiso de sus miembros e identificar posibles problemas de asistencia que deban abordarse.

Otra métrica que puede ser útil durante la fase de formación es el índice de respuesta a las comunicaciones del equipo. Mediante el seguimiento de las tasas de respuesta a los correos electrónicos, mensajes y otras comunicaciones, los equipos pueden obtener información sobre la forma en que los miembros del equipo se mantienen conectados y la rapidez con la que responden a las solicitudes.

Tormenta

En la etapa de tormenta, los miembros del equipo pueden empezar a sentirse frustrados o en conflicto a medida que analizan diferentes ideas y perspectivas. Puede ser una etapa difícil, pero también es una parte necesaria del proceso de desarrollo del grupo. Las métricas relacionadas con la resolución de conflictos y el establecimiento de objetivos pueden ser útiles para evaluar el progreso durante la fase de asalto.

Una medida útil para la fase de asalto es el número de conflictos o desacuerdos dentro del equipo. Al hacer un seguimiento del número de conflictos, los equipos pueden hacerse una idea de lo bien que están trabajando juntos los miembros del equipo e identificar las áreas en las que puede ser necesario mejorar los procesos de resolución de conflictos.

Otra medida útil para la fase de asalto es la finalización de las actividades de fijación de objetivos. Mediante el seguimiento de las actividades relacionadas con la fijación de objetivos y el establecimiento de normas de equipo, los equipos pueden hacerse una idea de lo bien que colaboran sus miembros y de la eficacia con que trabajan para alcanzar objetivos comunes.

Normalización

A medida que el equipo pasa a la etapa de normalización, empieza a establecer procesos de comunicación y toma de decisiones más eficaces. Puede ser un momento de mayor colaboración y productividad. Los indicadores relacionados con la colaboración y el trabajo en equipo pueden ser útiles para evaluar el progreso durante la fase de normalización.

Una medida útil para la fase de normalización es el número de colaboraciones o asociaciones exitosas dentro del equipo. Al hacer un seguimiento del número de colaboraciones satisfactorias, los equipos pueden hacerse una idea de lo bien que trabajan juntos los miembros del equipo e identificar posibles problemas que deban abordarse.

Otra medida útil para la fase de normalización es la opinión de los miembros del equipo sobre la eficacia de los procesos de comunicación y toma de decisiones. Al solicitar la opinión de los miembros del equipo sobre estos procesos, los equipos pueden hacerse una idea de lo bien que están funcionando e identificar las áreas en las que puede ser necesario introducir mejoras.

Rendimiento

Etapa de rendimiento Durante la etapa de rendimiento, el equipo trabaja a su nivel más productivo, con altos niveles de colaboración y responsabilidad compartida. Las métricas relacionadas con la productividad y el rendimiento pueden ser útiles para evaluar el progreso durante la etapa de rendimiento.

Una métrica útil para la etapa de rendimiento es el número de tareas o proyectos completados. Mediante el seguimiento del número de tareas o proyectos completados, los equipos pueden obtener información sobre sus niveles de productividad.

Clausura

Es la etapa donde los equipos se disuelven.  En este momento lo que puede hacerse es un recuento del progreso que se tuvo del equipo a lo largo del tiempo en que ejecutaron juntos.

 

Conclusión

Como comenté en un inicio, lo único que puede mejorarse es lo que se mide.  Solo así podremos ir viendo el avance, el progreso y la forma de ir ajustando a los equipos para lograr su mejor desempeño.

Aunque no es sencillo el implementar las métricas en un equipo de inicio y, les aseguro se pasará por todas las etapas que nos dice Tuckman, vale la pena lo tormentoso que puede ser, con tal de lograr los mejores resultados.   

Gracias.

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